Mi 2018
Es el cuarto año que escribo este post a principios del año, así que con lo poco constante que soy, esto ya es un gran logro.
No es una lista de buenos propósitos, porque a los 42 ya he visto que no sirven de mucho más que para ir pasando los mismos de un año a otro, así que me dedico únicamente a hacer una valoración de lo que ha sido el año que acabamos de dejar atrás.
El 2018 ha sido el año de trasladarme durante 2 meses a la maravillosa Menorca.
Ha sido el año que ha puesto patas arriba mi «ordenada» vida.
Me he ido a la cama durante casi todo el verano a las 21h.
He descubierto los libros digitales y contra todo pronóstico me han encantado.
He vuelto a pasar un verano sin probar el alcohol.
Me he emocionado con cada mini avance del ratoncito.
He aprendido a valorar las pequeñas cosas.
He vuelto a ver dos rayitas en un palo.
He vuelto a montar a caballo.
He pasado todo un año sin comparme modelitos nuevos que no fueran pre-mamá.
He tenido el ardor de estómago peor del mundo mundial.
He dado a luz por segunda vez y no se ha semejado a nada a la primera.
Me he desquiciado con dos bebés tan pequeños.
Pasamos unos días en Tenerife en familia y fue fantástico.
Estoy aprendiendo a valorar las pequeñas cosas.
He visto series fantásticas y algunas más bien mediocres.
Me he pintado mucho las uñas de color claro porque disimula más los desconchones que no puedes reparar por falta de tiempo.
Me he dado las duchas más rápidas del mundo.
Me han intervenido por primera vez y tengo un bonito recuerdo de uno de los momentos más especiales de mi vida.
Me he dado cuenta que soy más fuerte de lo que creía.
Mi lista de to-dos veo que se alarga más de lo que se tacha…
Fui a ver un piso de 1,5 M y oye, que no me encantó.
Bloom vuelve a dar un giro y nos esperan grandes cambios.
Vi nevar delante del mar.
Cambiamos de nombre de la princesa a un mes de su nacimiento después de haberlo decidido a los 4 meses de embarazo.
Puse el árbol de Navidad después de años sin hacerlo.
Tomé las uvas el día 1 a las 20h.
Acabo el año agotada (pero feliz). Cuando llegan las 20h ya no soy persona.
En este 2018 el salón se ha convertido en una sala de juegos.
Hemos ampliado la familia en tiempo récord.
He aprendido cada día una cosa nueva (o dos!)
He montado mi primer cumpleaños infantil 🙂
Doy gracias por este fantástico 2018, realmente viéndolo ahora con distancia, ha sido un GRAN año en el que hemos disfrutado de muy buenos momentos, en los que la salud no nos ha faltado (aunque nos ha dado algún sustillo) y en el que hemos sido muy felices.
2019, has empezado con muy buen pie, sigue así!