Yo que soy poco amiga del frío, este invierno ha sido de mis favoritos.
Los días justos de frío y días con cielos azules que hacen que te den ganas de subir a pintarlos. Sé que no es natural y que el invierno debería ser frío y con nieve, pero parece que poco a poco los inviernos gélidos de esos que tanto gustan a Piqueras, van a ir desapareciendo paulatinamente y gracias al calentamiento global y el Niño.
Pero como una, aunque estuviera encantada con el buen tiempo es adicta a pasarlo bien aunque se congele, hace un par de fines de semana, Olga y yo, nos fuimos a visitar Copenhague, y ya de paso a saber en propias carnes lo que es que el frío se te meta dentro.
Copenhague es una ciudad preciosa, que ves en pocos días y que puedes hacer caminando sin problema. Muy parecida a Amsterdam, con el mismo encanto pero sin barrio Rojo aunque queda compensado por Christinania, una comunidad hippie de lo más curiosa.
Lo que más nos llamó la atención fue lo cuquis que son todos los restaurantes. No había ni uno que tuviera en sus mesas velas naturales. Con una decoración exquisita, teníamos tanta oferta que era prácticamente imposible elegir dónde cenar cada día.
Si queréis saber más sobre el viaje podéis visitar mi Instagram o Facebook donde durante el viaje fui subiendo fotos.
Os aseguro que el día que más frío pasamos, bien nos hubiera venido un plato de esta sopa de ajo.
Y ya que estamos, también una buena copa de vino con precios asequibles (allí una botella de vino de lo más normalillo no baja de los 60€ al cambio).
Para compensar y entrar en calorcito, os traigo la sopa de ajo tradicional. Para prepararla es importante dos cosas:
1. Un buen pan del día anterior: Yo utilicé un pan artesanal que me trajeron desde Almería y que ya estaba duro.
2. Un buen pimentón de la Vera como el Las Hermanas que es el que utilicé.
Y si quieres rematarlo ya del todo, acompaña esta sopa con un buen vino tinto, como el Monastrell de Maset del Lleó.
Os dejo con la receta. ¡Espero que os guste!
Disfrutad de la semana.
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Ingredientes Sopa de Ajo:
– 10 dientes de ajo
– 150 gr de dados o virutas de jamón
– 1 c/s de aceite de oliva
– 1 c/p de pimentó de la Vera
– 1/2 vaso de vino blanco seco
– 4 rebanadas de pan bueno del día (o días) anterior
– 1l de agua o caldo de verduras
Elaboración:
En una cacerola dorar los ajos cortados a láminas gruesas. Cuando cojan color, añadimos el jamón y doramos. Cuando esté bien dorado (ojo con el ajo que no se tueste demasiado porque si no, amargará), añadimos el pimentón. Retiramos del fuego y removemos bien (debemos retirar del fuego para que no se queme ya que el proceso es rápido). Damos un par de vueltas y volvemos al fuego. Incorporamos el pan y dejamos que empape bien el sofrito. Añadimos el vino y dejamos que evapore. Incorporamos el agua o caldo y dejamos a fuego suave durante 30min.
Con una espátula de madera podemos ir rompiendo el pan para que quede más desmenuzado.
Dejamos reposar y servimos.
Podemos servir en cuencos individuales muy calientes y poner un huevo dentro para que se haga con el calor. Yo que no soy mucho de huevos, no lo he hecho.
Si queréis hacer la sopa de un día para otro, queda mucho más rica.
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