Pizza casera de jamón, queso azul, manzana y rúcula

Yo quiero volver a ser adolescente.
Seguro si mi madre lee esto, me tira la zapatilla voladora desde su casa para ver si vuelvo a la normalidad. Pporque entre nosotros, mi adolescencia no iba conmigo. Era como si me hubiera poseído una mezcla de Miley Cyrus y un ser troglodita. Bueno, Miley Cyrus, sin más. No necesita troglodita…

Pero el otro día, de paseo perruno por el parque, no vi más que adolescentes pasándoselo en grande. Había algunas parejillas que se comían a besos como si no fueran a verse al día siguiente y sin ser conscientes que en verano, otro nuevo amor tocará a sus puertas, grupos de chicos y chicas arreglando su mundo de exámenes y amistades complicadas entre pipas y coca-cola y un grupo de chicas que encima de una reja en el suelo que soltaba aire para arriba se imaginaban que estaban en una sesión de fotos siendo Cara Delevingne. 
(Yo, con mi edad, hubiera dicho: «imitando a Marilyn o a Cindy Crawford», pero claro, es posible que a ellas estos nombres les suene un poco lejanos…. Snif).

En fin, que estaba ellas emocionadas, una posando con el cabello al viento (o al aire del subsuelo) con las otras haciendo fotos con el móvil y la directora de fotografía diciéndole «Dámelo todo!, Cómete la cámara!
Ante semejante estampa no pude más que sonreír y añorar esos años en los que no existe más mundo que el que te rodea con tus amigas, que te da igual el resto,  que no tienes vergüenza y en el que las cosas más importantes se relativizan y las más relevantes, efímeras o superficiales hacen que el mundo se desmorone bajo tus pies. 

Claro, que con los años todo se calma, coges distancia y ves las cosas con más realismo. Menos mal que llega el momento en el que las hormonas se tranquilizan, dejan de estar de fiesta contínua en la Ruta del Bacalao y vuelven a casa para pasar una buena temporada a base de sopas y sofá.
Mi madre, seguro que agradeció ese momento.

Seguro que a todos estos adolescentes, les encantaría esta pizza. Nos alejamos de las margaritas y cuatro quesos para hacer una pizza a base de jamón, queso azul y manzana que contrarresta los sabores fuertes y salados. Para acabar, un toque rúcula que son su amargor característico, la redondea.
Y para redondear, del todo, un vino tinto, afrutado y con un punto dulce: Viña Selena de Maset del Lleó. 
Soy fan de este vino en su versión blanco, rosado y tinto. Para estos platos sencillos sin complicaciones de sabor y nada complejos, me gustan los vinos afrutados, frescos y ligeros. Vinos fáciles que puedes tomar sin darte cuenta y que están deliciosos.  



Espero que os guste la pizza. ¡Disfrutad de la semana!



Ingredientes: (Puedes utilizar masa de pizza preparada, si no te quieres complicar…)
Con esta receta salen cinco pizzas grandes, si quieres menos, reduce las cantidades en proporción. Igualmente puedes hacer esta cantidad y congelar las masas que te sobren. 

Masa:
675 gr de harina 
– 15 gr de levadura de panadero
– 330 gr de agua con gas
– 15 gr de sal
– 30 gr de aceite extra virgen
– 1 c/p de azúcar
Para la salsa de tomate: 
– 5 tomates maduros o una lata de tomate natural triturado
– 2 dientes de ajo
– 4 hojas de albahaca
– 1 piza de azúcar (una cucharada de café)

– Jamón ibérico cortado muy fino
– Queso azul
– Rúcula
– 3 Manzanas granny smith


Elaboración
Si no tenemos salsa de tomate hecha, la hacemos laminando los ajos y dorándolos en un poco de aceite. 
Cuando cojan color añadir el tomate, dejar que se evapore el agua y reduzca. Añadir las hojas de albahaca cortadas a mano. Añadir una pizca de azúcar. 
Cuando tenga la consistencia que queramos, rectificar con sal y reservar. 

Para la masa: 
En un vaso ponemos un poco de agua (1/2 vaso) templada, añadimos el azúcar y la levadura. Reservar. 
En un bol, añadir la harina haciendo un volcán en el centro, e ir añadiendo el agua con gas poco a poco e ir mezclando con la harina. 
Añadir la mezcla de la levadura del vaso, el aceite y la sal. Ir mezclando hasta que quede una masa que no se pegue a los dedos demasiado. 
Traspasar esta masa a una superficie lisa, limpia y enharinada para proceder al amasado. Amasar hasta que quede la masa elástica, sin grumos y que no se pega ni en los dedos ni en la superficie. 
Hacer una bola con la masa y dejar reposar en un bol donde pueda crecer y en un sitio seco y fresco, tapado con un trapo, durante 4 h. 
Pasado este tiempo, volver a amasar para quitar el aire y dividir en 5 pequeñas bolas.
Ir amasando una a una en forma circular. 
Cuando tengamos las bases, poner una capa fina de salsa de tomate y encima la manzana laminada, el jamón y el queso desmenuzado. No poner todavía la rúcula. 
Poner en el horno precalentado a 180º, durante 20min. Servir con rúcula por encima. 

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