Ñoquis de calabaza afortunados – (Ghocchi di zucca)

Hace casi dos años que nos mudamos a Premià de Mar.
Antes vivíamos en la ciudad de Barcelona y aunque tan solo nos hemos trasladado a 20 km, las cosas han cambiado.

Muchos de los cambios han sido positivos pero si tengo que ser sincera, también existe un punto negativo.
Aunque tan solo encuentro uno y eso que le he dado vueltas.
Este punto, además, únicamente se da en las ocasiones en las que hemos ido a cenar fuera y después debemos volver a casa. No es lo mismo coger el coche, taxi o metro y estar en tu dulce y cálido hogar en 15min que coger el coche y hacer 20 km.
A parte de este detalle, el resto es todo positivo.
Nos levantamos oyendo a los pájaros, los niños pueden jugar en la calle sin estar temiendo que les pase algo, conocemos a nuestros vecinos, etc. Las ventajas de vivir en una zona tranquila en un pueblo del Maresme.
Lo mejor: poder pasear por la playa y ver el mar cada día. Me encanta el mar.
No tiene precio tener estas vistas desde el despacho en el que os escribo estas líneas, con Buck a mis pies.

Siempre he vivido en la ciudad de Barcelona con todo el ajetreo y ansiedad que eso provoca.
El ruido de los coches, la polución, la cantidad de gente siempre corriendo y la indiferencia. Ahora eso ha cambiado. Ya no eres anónimo.
El otro día me sorprendió que el cartero me llamó por mi nombre en medio de la calle para llamar mi atención. Me tuvo que llamar dos veces y acercarse a mí porque pensaba que no iba conmigo. Tan solo quería saber a qué hora estaríamos en casa porque tenía una carta certificada. En Barcelona nunca me pasó.

Después de algún tiempo yendo a Barcelona en coche, ayer utilicé el tren. Fui con el libro que estoy acabando «El hombre inquieto» de Mankell. Fue imposible despegar la mirada de la ventana viendo el mar y los paseos de los pueblos hasta llegar a Barcelona.

En ocasiones, no nos damos cuenta de lo que tenemos y falta tan sólo un pequeño detalle para comprender que debemos disfrutar de cada momento.

Realmente soy afortunada. (Y por muchas otras cosas más!).

Ingredientes:
– 400 gr de calabaza
– 1 huevo
– 350-400 gr de harina
– Nuez moscada
– 4 hojas salvia fresca
– Parmesano
– Sal

Elaboración:
Cortar la calabaza, rociar con un poco de aceite y sal y meter en el horno a 190º durante 30 min o hasta que esté tierna.
Triturar con la batidora o pasar por el pasa-purés.
Añadir el huevo y un poco de nuez moscada. Mezclar hasta que quede una masa homogénea. Añadir la mitad de la harina y mezclar.
Espolvorear harina en la zona de amasar y poner la masa de calabaza. Añadir harina y amasar hasta que no se nos pegue en los dedos.
Dejar reposar 20-30′.
Separar trozos e ir amasando cada uno haciendo que queden forma de rulos largos que después cortaremos para sacar los ñoquis.
Cortarlos pequeños y siempre sobre superficie enharinada para que no se peguen.
Cuando los tenemos, podemos cocinarlos en agua hirviendo con sal o bien congelarlos.
Si los vamos a congelar, cuando los queramos cocinar deben ir directamente del congelador.  Para cocinarlos, echarlos en agua hirviendo con sal. Estarán hechos cuando suban a la superficie.
Se pueden saltear en una sartén con un poco de aceite o mantequilla o servir simplemente con la salvia picada y parmesano al gusto.

9 Responses to Ñoquis de calabaza afortunados – (Ghocchi di zucca)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

Top