Ensalada de garbanzos especial tupper

Lo malo de ser la pequeña de dos hermanas es que pocas veces puedes estrenar cosas.

En mi casa, una familia normal donde nunca faltó (ni falta) nada pero tampoco vivíamos en en lujo, aprovechávamos lo que se podía. La frase típica de mi madre (y creo que de muchas madres…) era: «¿Te crees que soy el Banco de España?»

La ropa de mi hermana pasaba a mi de forma automática, porque aunque nos llevamos cinco años, cualquier prenda que adaptara a la moda cinco años después, aparecía en mi armario.
La ropa (que ahora que lo pienso, quizá tampoco era tanta…), era lo de menos.
Lo que menos me gustaba en los primeros años, era heredar los libros de texto.

Lógicamente, como muchos de vosotros sabreis, es un gasto extra y siempre que se pueda aprovechar, pues un buen pico en la cuesta de septiembre, que te ahorras.
Hace años (pocos, je, je) las editoriales todavía no tenían la picardía que tienen ahora y no cambiaban demasiado contenido de un año a otro. Pero yo odiaba tener que ir con los libros ya usados por mi hermana.

Me gustaba llegar el día 15 de septiembre con cartera nueva, lápices de colores, estuche impecablemente ordenado, carpeta y por supuesto, libros nuevos!!
Cómo cambió la cosa, cuando me di cuenta que los libros ya usados, venían subrayados con los temas más importantes y posiblemente, algunos ejercicios ya resueltos.
Además, si el libro era viejo, mejor, ya que no te sabía mal poner alguna anotación adolescente en los márgenes.

Como cambian las cosas….

Pues bien, la herencia de mi hermana no acabó con la ropa, los libros y los cassettes de Hombres G.
Cuando me independicé, ocupé durante años su piso en Barcelona, ya que ella por amor dejó la ciudad condal.
Allí, en su piso, había un conjunto de tres tuppers metálicos. Me encantaban. De hecho, me han acompañado en todas la mudanzas que he hecho (que no han sido pocas).
Seguro que al leer esto, además de llevarse una sorpresa y cargarse de recuerdos, se le escapa una sonrisa.

Pues estos tuppers los utilizo para llevarme la comida al trabajo. Tienen la medida perfecta para una buena ensalada. Y como ya llegan las temperaturas agradables, qué mejor que una ensaladita.

Yo la dejo sin aliñar y lo hago justo antes de comerla con la preparación que tengo en un biberón.

Es una ensalada, ligera pero que te llena de energía para las horas de la tarde gracias a los carbohidratos de absorción lenta de los garbanzos. Indispensables!

Os dejo la recetilla. Espero que la disfruteis.

Feliz semana!


Ingredientes:
– Canónigos
– Rúcula
– Tomates cherry
– Garbanzos hervidos
– Queso de cabra
– Pimiento rojo
– Calabacín
– Atún en lata
– Sal
– Aceite
– Vinagre

Elaboración:
Escurrir los garbanzos y picar pimiento rojo y calabacín al gusto.
Mezclar todos los ingredientes y aliñar con aceite, sal y vinagre.

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