El mes de junio ha entrado con fuerza hoy.
Primer día de junio, luce el sol y hemos aprovechado el día dándonos chapuzones en la piscina, tomando el sol y tomando sangría.

Los que me seguís en Instagram ya sabréis que el sábado en casa se inauguró la temporada piscinera y de sangría (aquí).
Yo soy un poco guiri para esas cosas y con el buen tiempo empieza a apetecerme tomar bebidas frescas y con gas como la sangría. Esto no quita que un buen vino, no me lo quita nadie, por supuesto.

Pero el calorcito ha llegado este domingo y yo le he dado la bienvendia con achuchones, porque después de una semana de lluvia con lo que eso conlleva (podéis verlo aquí), casi me pongo a chillar por la terraza cuando me levanté ayer y vi el tiempo que hacía.

Una de las cosas que más me gustan del verano, además del sol, los chapuzones y la sangría, son las frutas de esta temporada. Mi preferida es el melón, soy así de normalucha hasta para elegir frutas. Pero no me digáis que su prima hermana, la sandía, las fresas y las cerezas no son «lo más».
Especialmente las cerezas, como las que os traigo hoy. Siempre digo que ellas y las fresas son como pequeños caramelos adictivos. Cuando comes una, no puedes parar. Ideales como sano picoteo. Lástima el precio que tienen…

En esta ocasión las preparé en ensalada con un mató de los ricos, ricos: Pastoret. (Los señores de esta marca no me han pagado ni regalado productos ni nada de nada, pero son tan ricos que hay que nombrarlos). Pero también la podéis preparar con requesón del de toda la vida. 
Con unas cerezas, un poco de mató y un buen aceite de oliva haces una ensalada rica, sana y refrescante que está para chuparse los dedos. Probadla y ya me diréis.

Espero que os guste y que disfrutéis de la semana!

Ingredientes:
-Cerezas
-Mató Pastoret (1 por ensalada)
-Aceite de oliva extra virgen
-Cebollino y tomillo limón
–

Sal y pimienta negra

Elaboración:
Cortar por la mitad las cerezas y quitar el hueso. Picar las hierbas aromáticas y poner en un poco de aceite para que coja aromas y algo de sabor. En un plato, ponemos el mató, las cerezas y salamos y pimentamos a nuestro gusto. Aderezamos con el aceite con las hierbas. Servir fresquito.