Este sábado ha sido el cumpleaños de N., nueve añitos. Cómo pasa el tiempo!! Hace nada era una «pequeñaja» a la que no se le entendía al hablar y ahora, no solo se le entiende perfectamente, si no que se hace entender.
Por temas familiares y agendas, lo celebramos el pasado domingo y como buena amante del chocolate, su postre fue una fuente de donde caía el «oro negro» a borbotones. Creo que todos estuvimos tentados a pasar el dedo con esa fuente de chocolate.
Como el sábado no iba a estar con nosotros, quisimos hacer una cena algo especial con lo que más le apeteciera. Pidió crepes. Cena sencilla y que les encanta a todos.
Así que el viernes por la noche, me dispuse a hacer las crepes para que cada cual las rellenara de lo que más les gustara, básicamente jamón dulce o salado y quesos variados. Somos así de simples.
Como alguna sobró, pensé que estaría bien aprovecharlas para el día siguiente, así que tirando la casa por la ventana a nivel de innovación en los rellenos (jaja), las rellené de sobrasada y queso, que se que a E. le encanta y como ya habíamos tenido buena voluntad con las cremitas de verduras, un chute calórico, no nos haría demasiado daño.
Y no lo hizo, porque quedaron estupendas, con la sobrasada calentita y el queso fundido. Fantásticas.
Pero lo mejor de esta receta no tiene que ver con los ingredientes, si no con el paño que veis.
Mis tíos estuvieron de visita la pasada semana y mi tía me trajo este paño hecho por ella, puntito a puntito. Me encantó. Es precioso y saber que lo ha hecho ella me llena de ilusión cada vez que lo veo.(Yo soy una negada para estás cosas…).
Ha hecho uno para cada sobrino y un mantel precioso para su nieto para el cual estuvo 2 años haciéndola. Me confirmó que la «fábrica» ha cerrado durante un largo tiempo.
Quiero mucho a mis tíos. Aunque por la distancia física no hemos tenido un contacto diario, siempre que he estado allí, me he sentido muy querida.
Recuerdo que un verano, no recuerdo el motivo, me quedé una semana en su casa. Estaba encantada de poder corretear entre los árboles frutales, comer fresas recién cogidas y poder estar rodeada de los perros, las vacas y los cerdos que tenían.
Ahora, por motivos de salud, ya no tienen ganado, pero todavía está la foto que me hicieron subida a su caballo (el caballo precioso y yo hecha un figurín con una vestimenta de domingo que nada tenía que ver con la idónea para montar…).
Me ha hecho mucha ilusión que vinieran a Barcelona de visita y que vinieran a casa, aunque fuera durante una corta tarde.
Verlos me ha traído muy buenos recuerdos.
Os dejo la receta aunque podéis ver otras crepes saladas
aquí y dulces
aquí.
Espero que tengáis una feliz semana!!
Ingredientes:
– 800 gr de leche semi
– 400 gr de harina
– 4 huevos
– una pizca de sal
– Sobrasada de Mallorca
– Queso havarti
Elaboración:
Mezclar los ingredientes para la masa y mezclar con la batidora hasta que queda bien mezclado.
En una sartén grande, untar un poco de mantequilla o aceite para que no se pegue.
Con un cazo, echar parte de la mezcla de forma que quede una ligera capa (fina). Cuando empiece a tomar color, con cuidado y separando antes los bordes, coger con los dedos un extremo y darle la vuelta.
Dejar 1 minuto por este lado y reservar.
Ir haciendo una a una hasta acabar la mezcla y poniéndolas una encima de la otra.
Poner el relleno en la mitad inferior de una crepe. Doblar por la mitad y después otra vez por la mitad de forma que quede un triangulo.
Ponerla un momento en el horno, o pasar por una sartén caliente, vuelta y vuelta hasta que el queso quede deshecho.
Servir
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