
Es muy difícil encontrar un tema sobre el que escribir el post cuando tu vida está dando un giro de 180º y tu mente se centra únicamente en una cosa.
El nuevo proyecto, es un bebé (como habréis podido ver “hábilmente” con la foto de portada). Y es en lo que ha estado (y sigue estando) mi mente durante los últimos tres meses.
Para el cigronet o bicho, como lo llamamos, todavía no hay nombre definido aunque seriamente me he planteado ponerle Garnacha si es niña y Tempranillo si es niño.
Que dicen que el embarazo es la etapa más maravillosa del mundo para una mujer y yo doy gracias porque hasta ahora no sé lo que es una náusea, ni un mareo ni nada de nada. Lo máximo que he sentido es una sensación de resaca un par de días, con lo malo de la resaca y lo peor de no haber pasado una noche loca de desenfreno y alcohol.
Durante estos meses he llegado a dudar en muchos momentos que dentro de mi hubiera una nueva vida, porque sentir, lo que se dice sentir, nada de nada.
Pero la confirmación del ginecólogo te deja bien claro que hay una habita ahí, en