Atún con salsa de aguacate

Pues no va y después de estos días de calor, ahora se pone a llover?
Justo cuando tiendo la ropa. Si es que….

Es como cuando lavas el coche, llueve. Y no esa lluvia que podría dejártelo como los chorros del oro, no, de esa lluvia de la que en vez de agua, cae barro. Vamos, que podrían caer ranas en cualquier momento. 
De esa lluvia con la que Buck estaría encantado.

Ya sabéis la afición que tiene mi querido perro a los charcos. Y también sabréis que hace unas semanas nos mudamos y ahora tenemos un parque fantástico justo al lado de casa. Un parque fantástico, con sus montañitas, sus zonas ajardinadas, sus zonas de relax y sus LAGOS. Sí, sí, lagos.

Hasta hoy tenía la suerte que el pichurro era tan guapo como miedoso, así que cuando otros perros se lanzaban en plancha a refrescarse al lago, él se quedaba mirando con cara de susto por tener que pegar semejante salto.

Hasta hoy.
El otro día ya se puso como un conguito al revolcarse en un charco, ayer tuvimos que salir corriendo de la zona en la que estábamos jugando porque se pusieron en marcha los aspersores y hoy… Ay hoy.
Atrás dejó el miedo y detrás de la perrita de sus amores que fue. Directo al lago. Ni miedo, ni salto ni nada. Debería haber una frase adaptada en canino de: «Tiran más dos tetas que dos carretas». 

Buck el otro día disfrazado de  Conguito



Allí te tiró a lo Tarzán detrás de ella y de otro perro, «la competencia». Y los tres han estado chapoteando en la parte más sucia y embarrada del lago cual cochinos. 
Cuando se ha dignado en salir, en vez de un conguito parecía un chipirón en su salsa. 

Para matarlo.

Con la cabeza baja (yo) y moviendo la cola y el pompis (él) hemos vuelto a casa, parando e intentando alejarme de él cuando se sacudía (que por desgracia han sido más veces de las deseadas).

Buck hoy. «Ligeramente» más negro, como un chipirón. 

Y así estamos. Él en la terraza y yo trabajando.
Dentro de un rato nos reconciliaremos. Lo malo es que ahora llueve y claro, volverá igual de mojado dentro de un rato. Más limpio, eso sí.
Si queréis saber más sobre nuestras andaduras, podéis verlas en mi Intragram

Para alegrarnos un poco os dejo este plato tan rico. El atún o el bonito casan perfectamente con el aguacate (como en este Tartar de atún con guacamole). Esta vez he hecho una salsa con un toque cítrico y picante para darle el punto.
Queda fantástico y está riquísimo. Eso sí, es imprescindible un atún de calidad.

La receta, en el Magazine de Verano, en la pág. 25.

Espero que os guste y que disfrutéis del fin de semana. 

A ver si se acaban los charcos, las lluvias y los baños en el lago….

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