Sardinas a la brasa
¿A quién no le apetecen unas sardinas a la brasa en verano?
Este fin de semana, no he parado de ver por televisión los espetos que preparan por la costa andaluza.
Lo que todavía no entiendo es, porqué quieren prohibirlos en algunos sitios….
Lo que todavía no entiendo es, porqué quieren prohibirlos en algunos sitios….
No es la primera vez que las preparamos así este verano. Aprovechando la barbacoa, preparamos mucho pescado a la brasa, de forma que queda delicioso, con un sabor inconfundible y lo mejor, sin tener que estar limpiando sartenes ni bandejas de horno después.
Todavía recuerdo los sábados noche en casa, con mis padres.
Cada sábado, se levantaban pronto e iban al mercado a hacer la compra de la semana. En cuanto llegaban, con el pan recién hecho (pan-pan de horno de leña) y el jamón acabado de cortar con esa frescura que al día siguiente perdía, me hacía unos crujientes bocadillos para desayunar mientras adoraba “La bola de Cristal”.
A esas horas, ya sabía el menú del sábado noche, siempre era el mismo: pescado.
Pescado bien fresco, comprado por la mañana en el puesto de confianza y que mi madre, sobre las 20 h se disponía a limpiar con toda la paciencia del mundo.
Pescado bien fresco, comprado por la mañana en el puesto de confianza y que mi madre, sobre las 20 h se disponía a limpiar con toda la paciencia del mundo.
Mairas, jureles, sardinas…. Buenísimos. Aunque las sardinas, al vivir en un edificio de vecinos, tenía su inconveniente. Todo el mundo sabía que los del entresuelo ese sábado cenaban sardinas!
Ese era el punto menos positivo, que al igual que con las gambas, compartías con la comunidad el menú del día. Pero el sabor de esas delicias ya compensaban los cargos de conciencia…..
Ahora, con la barbacoa, esos problemas se diluyen ya que compartes únicamente el manjar con el vecino al que el viento se le antoje.
Las veces que las hemos hecho, como ésta, las hicimos ya limpias, pero esta semana nos recomendaron que no lo hiciéramos para que quedaran más tersas y jugosas. Seguimos el consejo y la verdad es que quedaron estupendas (si no tenemos en cuenta que aquí, la manazas, al darles la vuelta se me abrió la rejilla y algunas optaron por salir disparadas…).
De primero, para ir haciendo boca, unas brochetas de tomates cherry con queso feta y flores de albahaca.
Desde hace unos meses, el jardín de la entrada de casa parece más un huerto que un jardincillo. E. le dio un día por comprar tomateras de tomate cherry pensando que iban a crecer poco, pues bien, han ido creciendo hasta los 2 m de altura, lo que ha obligado a tener cañas de la misma altura para que no caigan… (Me tiene contenta!).
Lo bueno, es que ya han empezado a producir y tuvimos nuestra primer recolecta digna de nombrar, el otro día. Aproveché e hice estas brochetas donde se potencia su sabor al sólo llevar un poco de aceite virgen y queso feta. Como tenía una planta de albahaca que había echado flor, también la uní al conjunto.
Bien, pues aquí os las dejo. Espero que os gusten y que tengáis una feliz semana lo que todavía estamos por aquí.
– 3 sardinas grandes por persona
– Limón
– Aceite de oliva
– Perejil
– 3 dientes de ajo
– Sal
Elaboración:
Limpiar (o no) las sardinas, salar y poner en la rejilla de barbacoa. Poner sobre las brasas aprox 4 minutos por lado. Servir con una picada de aceite, ajo, perejil y unas gotas de limón al gusto.
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