35 años con mini torteles ligeros de nata y frambuesas

Hoy, 5 de de septiembre, es mi cumpleaños. Precisamente a una hora intempestiva, hace 35 años, mis ojitos vieron la luz.

Por ese motivo, el post, esta semana ha salido con retraso.

Cuando tenía 15 años, me imaginaba ya adulta, con una edad indifinida entre los 30 y los 40 años.  Me imaginaba madura, con las cosas bien claras y gran éxito en lo profesional y lo personal.

No me puedo quejar, tengo un buen trabajo, una pareja fantástica y una vida acomodada. Pero no tengo las cosas tan claras y no me veo tan madura como creía que sería cuando tuviera esta edad.

Supongo que a todo el mundo le pasa lo mismo… No me veo con 35 años.

Debería tener hijos, la casa pagada y un futuro totalmente acomodado y sin preocupaciones. Quizá en la época en la que tenía 12 años, eso era posible, no ahora…. No me quejo, en absoluto.

Pues hoy, en honor a mi madurez ya confirmada por obligación, he pedido fiesta en el trabajo y he disfrutado con E. de un día de cumpleaños en toda regla.

Nos hemos levantado tarde y al despertarme ya he tenido mi regalo con pruebas a superar incluidas, hemos ido a hacer recados y a comprar el almuerzo de celebración hoy.

Y os preguntaréis qué habré hecho para comer….( o no), pues nada de cocinar, nada de hacer platos sofisticados y nada de encender el horno.

Pensé en ir a cenar ayer noche a L’Observatori Fabra, un observatorio que celebran cenas las noches de verano y que después además de una mini clase sobre la astrología te enseñan las instalaciones del observatorio y miras los astros a través de uno de los telescopios de los que disponen. Pero como la meteorología estos días no ha acompañado, lo hemos dejado para otro día.
Así, que hoy nuestro almuerzo ha consistido en: jamón de jabugo, queso Tete de Moine, queso curado de oveja, queso de vaca al vino y pan de cereales con pasas. Todo ello, con tomate y aceite Mestral (aceite extra virgen Arbequina) y el vino Josep Foraster realizado con la variedad Trepat, una variedad de uva rosada que han utilizado para realizar este vino tinto de color cereza intenso de capa baja. Es un media crianza con toques a frutas rojas ácidas y que es muy suave en boca. Ideal para las personas a las que no les gusta el vino tinto.
Este vino, fue catalogado por Robert Parker con 88 puntos.

Además de estos manjares, finalizamos, al igual que ayer (que lo celebramos con N y N ) con unos mini torteles de nata y frambuesas.

Como muchos sabréis,  en casa no somos demasiado de dulces y a mi especialmente, no me gustan demasiado los bizcochos, pero me entusiasma el hojaldre, y nada mejor para combinarlo, que hacerlo con nata y con la acidez de las frambuesas.

Bien, pues aquí os dejo, con la receta super simple de los torteles y deseándoos una feliz semana!!


Ingredientes: 6 mini torteles
– 1 lámina de hojaldre
– 250 ml de nata para montar
– 2 c/s de azúcar glass
– 30 frambuesas
– Hojas de menta

Elaboración:
Sacar círculos del hojaldre con la ayuda de un cortapastas.
Pintar la parte superior con huevo batido e introducir en el horno a 180º durante 10 min aprox o hasta que la parte superior esté dorada y el hojaldre haya subido.
Sacar del horno y reservar.
Montar la nata con el azúcar y poner en una manga pastelera.
Separar los círculos de hojaldre en dos, por la mitad.
Poner montaditos de nata en la parte inferior con la manga pastelera. Poner cuatro frambuesas por cada mini tortel.
Tapar con la parte superior y hacer una montañita con nata en el centro y añadir una frambuesa y una hojas de menta.
Mantener en el frigorífico y servir.

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