Ajoblanco con judías

¿Por qué las mujeres somos unas brujas?

Estoy generalizando, sí, pero desde que estoy embarazada he tenido muchos momentos de flipar en colorinchis. De hecho, he flipado tanto que hasta creo haber visto algún unicornio con las crines de colores. En serio.

Es posible que algunas mujeres, simplemente por el hecho de ser mujeres y de quizá haber pasado por un embarazo, se crean con el derecho de juzgar, comentar, aconsejar y opinar sin que tú lo hayas pedido?

Que yo sigo agradeciendo consejos y me encanta escuchar vivencias de embarazos  partos de otras mujeres porque creo que todo es información y oye, en una experiencia así, totalmente desconocida, para mi es un plus.

Pero eso es una cosa y otra muuuuuy distinta es lo que he tenido que escuchar:

– ¿Y ha sido buscado? 

Cara de idiota la mía porque creo que a nadie le interesa si lo ha sido o no. De hecho, creo que es una cosa mía y de mi pareja y además, tampoco creo que esa información sea relevante para ti más allá de puro cotilleo.

Ahora hago una intro: es niño, se llamará Iago, ha sido buscado y muy deseado y si todo sale bien nacerá en octubre.

– ¿Y es natural?

No, de plástico, me dan ganas de responder. Pero simplemente suelto que sí, que son sus momentos de placer y todo, que si quieren más detalles. Ahí ya gente ya se calla.

– Como te estás poniendo…

En serio? Tienes tan poca delicadeza para decirlo? Que puedes pensarlo, pero decirlo sin yo haberte preguntado o incitado a tal tipo de comentario?

Una bruja tiparraca hasta después de ese comentario me dijo por lo bajini: «tienes que cuidarte, eh!». Me quedé tan estupefacta que sólo pude decir que me lo repitiera dos veces más porque no daba crédito.

– Y solo de cinco meses? Si parece que estés de siete. Yo sólo me engordé de barriga. 

Y a mi qué carajo me importa. Dime. Irina Shaik al mes ya estaba estupenda. Y quéeeee? Yo soy yo. Y soy feliz. Déjame en paz.

– ¿Qué haces llevando ropa pre-mamá? Si con una talla más grande vas lista. 

Claro, pero como según alguien tengo barriga de 7 cuando estoy de 5, pues imagínate. Te crees que si pudiera, no llevaría mis tejanos ajustaditos? Pero es que claro, me ha crecido la barriga y las tetas, pero el culo, pues poco así que con una talla más para que me cierre, parezco un fantasma. Te aseguro que por placer lo que se dice placer, no me pongo esa ropa con una faja que sólo da calor…

– Pero si de frente no parece que estés embarazada, sólo una chica gordita. 

Toma ya! Y tan pachi, oye. Me quedé en shock.

– Menudas tetas se te han puesto chica. 

Pues sí. Igual pensabas que necesitaba que me lo dijeras para que yo me diera cuenta. Pero te cuento un secreto: me ducho cada día, me doy crema dos veces al día y…. TENGO ESPEJOS, además de tener la rara costumbre de llevar sujetador a diario. ¿De verdad pensabas que necesitaba ese comentario?

En fin. Voy tomando nota de las cosas que me dicen porque después, pues mira, me echo unas risas.

Lo gracioso es que estos comentarios vienen de gente con la que no tienes ningún tipo de confianza. Las personas que más podrían comentar: madre, hermana, suegra, cuñadas, amigas íntimas, no hacen ninguno a no ser que preguntes. Tiene guasa el tema.

Y a vosotras, ¿os han hecho comentarios de este tipo durante el embarazo? 

Os dejo con una receta refrescante y nutritiva para estos días de calor: Ajoblanco con judías

Yo la probé el año pasado y me encantó, así que este verano no he podido evitar hacerla.

Espero que os guste.

¡Feliz semana!

 

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Ingredientes

– ajoblanco: aquí

– 500 gr de judías redondas.

Elaboración

Preparar el ajoblanco y dejar reposar en la nevera. Debe quedar menos líquido que para tomar bebido.

Limpiar las judías y cortar por la mitad si son muy largas. Hacerlas al vapor o hervidas. Dejar enfriar.

Mezclar con el ajoblanco y servir bien fresquito.