Y os preguntareis…
Qué tiene de especial este plato de almejas?
Pues sinceramente, nada. Nada de nada. Son unas simples almejas con un toque de limón.
Simples y llanas almejas.
Pero me cuesta tanto que me sirvan almejas en su punto cuando voy a un restaurante, que me he animado a compartirlo con vosotros.
Me gusta el pescado en su punto. Lógicamente, si es un tartar, el punto estará en crudo, si es una lubina o dorada, me gusta que esté tierna y jugosa, si es un tataki de atún, me gusta dorado por fuera pero crudo y rojito por dentro.
Y en el caso de las almejas, me gustan hechas pero sin pasarnos. Prefiero que todavía contengan el gusto a mar, pero que no estén vivas, y al parecer ese punto, es difícil de conseguir….
Estas almejas están cocinadas en una sartén con fuego medio-alto, con un chorrito de aceite (poco) y en poca cantidad, de forma que cada almeja toca la sartén.
En el momento en que una se abre, con cuidado y