El pasado viernes mis padres vinieron a casa a comer y a despedirse ya que van a pasar los siguientes meses en Santiago, Galicia.
Allí tienen una casita (y una hija, un yerno y un nieto), así que aprovechan la jubilación para pasar la mitad del año en Barcelona (con la otra hija, el otro yerno y el otro "nieto peludo") y la otra mitad, la más calurosa en las tierras celtas.
Así, que para celebrarlo y teniendo en cuenta que era Viernes Santo (que aunque nosotros no somos muy religiosos, mis madre sí), preparé una zarzuela.
Tengo que decir que fui un poco atrevida ya que a mi madre le sale de fábula y aunque he intentado copiar la receta, no me sale tan bien.
Un poco más suelta la salsa, un poco más desmenuzado el pescado, en fin. Pero igualmente buena, eso sí.
Y mi madre, que es como todas las madres, ni pío a mis autocríticas:
- "Está muy buena, no digas tonterías".
Yo creo que todas son iguales.