Ayer en el magazine de La Vanguardia, había un extenso reportaje sobre la importancia y dificultad de compaginar la vida laboral y privada, especialmente para los hombres trabajadores y que tienen éxito profesional, (después de décadas en las que la mujer no ha dejado de luchar -y sigue luchando- por poder trabajar, tener hijos, pareja o vida después del trabajo).
El reportaje lo componían testimonios de altos cargos, que después de haber priorizado su vida laboral a la personal, se han dado cuenta que han cometido un error y se han perdido gran parte de la vida y crecimiento de sus hijos y el día a día con sus parejas.
Me sorprende gratamente leer que estos altos ejecutivos, al haber vivido en sus carnes esta difícil situación, ahora, enfocan su trabajo y el de sus equipos de forma totalmente diferente.
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