Monthly Archives:diciembre 2010

Feliz Año Nuevo y Galletas con pepitas de chocolate

Pues ya está aquí el final del 2010.
Hace nada, estábamos celebrando su entrada y ahora ya se acaba. Cada vez los años pasan más rápido (ya me lo decía mi madre...).

Pues nada, ahora toca hacer lista (yo y mis listas para todo), de buenos propósitos para el nuevo año. Como siempre, contendrá deseos fijos que se repiten año tras año: bajar unos quilos, disfrutar más del día a día, estar más con la familia y amigos, no preocuparme por cosas sin importancia, .... En fin, lo de siempre más algunas variaciones expresas para este 2011 que parece que va a estar cargadito de novedades y espero, alegrías.


Esta noche, además de servir los entrantes que os comenté en los anteriores posts, de segundo haremos espaldas de cordero al horno, con sus patatitas y cebollitas. Prometo pasar alguna foto si hay ocasión de hacerla.
Seremos 9 para cenar, niños incluidos, así que espero que la velada sea distendida y pasemos un buen rato charlando, comiendo, bebiendo y disfrutando de
Entrantes Festivos II


Bueno, pues aquí llega la segunda parte de los Entrantes Festivos!

Espero que después de tanta comilona, nos queden ganas de probarlos...
Yo llevo toda la semana a base de cremitas y ensaladas para intentar compensar los excesos.

En esta ocasión tocan:
- Chips de manzana con foie.


- Brochetas de tomate cherry con feta.


- Mil hojas de jamón ibérico.


- Paquetitos sorpresa.
En esta ocasión, de morcilla y manzana, foie y manzana y queso de cabra con mermelada de arándanos.

Entrantes Festivos I

El calendario de estas fiestas da lugar, en mi caso, a un puzle de fechas, familia, amigos, almuerzos, cenas, regalos, ...
Intentamos felicitar las fiestas y coincidir con todos, aunque tan solo sea para compartir una copa de cava y pasar un buen rato charlando sobre cosas más o menos trascendentales.

Estas Navidades hemos sido invitados en casa de unos y otros, sin la preocupación de tener que pensar menú, hacer la compra, cocinar, ... Es un lujo, el llegar a casa de los anfitriones y poder disfrutar de una buena comida o cena. Es de agradecer.

Pero este Fin de Año, somos nosotros los anfitriones y después de darle algunas vueltas creo que el menú consistirá en unos entrantes y una carne de
Navidad y Mil hojas de calabacín con Hummus


Son días de ilusión para unos y difíciles para otros.
Para muchos, es una combinación de ambas cosas.
Por un lado está la alegría de estas fechas con las luces de colores, la decoración especial, el encuentro de la familia, la sonrisa e ilusión de los más pequeños, ....
Por otro lado, está la nostalgia de los que están lejos y de los que ya no están.
La Navidad para mi es una combinación de sentimientos y emociones de la que vas saltando a medida que pasan los momentos, como un pequeño saltamontes que pasa continuamente del otoño a la primavera y viceversa.


Cuando era niña, me encantaba la Navidad. La vivía como lo que era, una niña. Me hacía ilusión, (como os conté), poner el Belén, el árbol, los detalles navideños en las puertas, lámparas, cuadros, ... no había un rincón sin lacitos ni bolas.
Esperaba ansiosa que llegara el día de Navidad donde toda la familia venía con sus mejores galas y escuchaba atenta las cosas que explicaban
Carpaccio de ternera para NO vegetarianos

Me hubiera gustado ser vegetariana. Siempre lo he deseado.
Incluso en alguna ocasión, lo he intentado.
No lo he conseguido.



Me encantaría poder alimentarme tan solo de vegetales y huevos dejando a un lado los pescados y carnes, ya sean blancas o rojas.
Adoro a los animales, soy una gran amantes de ellos, por ello en la alimentación tengo una doble moral.
No me gusta ver documentales donde se ven las granjas con el ganado atrincherado entre barrotes, no me gusta ver cómo tratamos en algunos sitios a los pobres animales.
En mi infancia, cuando estaba en casa de mi abuela esperaba ansiosa el momento de sacar las vacas a pastar, ordeñarlas, dar de comer a los cerdos, a las gallinas,  etc.
He tenido perros, caballos, patos, conejos, hamsters, pájaros, ... Colaboro con protectoras de animales intentando facilitarles una salida y una vida digna a los perritos que por desgracia han llegado allí.


Pero me es imposible ser vegetariana.
No
Entrantes Mediterraneos: Hummus, Mutabal y  Tzatsiki  con pan de Pitta.


Ya sabemos que a la vuelta de la esquina están las Navidades. Y nunca mejor dicho ya que el viernes noche empieza la maratón de celebraciones familiares.

Para confirmar que ya está llegando, este fin de semana hemos ido a la Fira de Santa Llúcia, delante de la Catedral de Barcelona. Para muchos barceloneses, el espíritu navideño no te absorbe hasta que no has ido a esta feria y has visto las luces que adornan el centro de Barcelona.
Es impactante ver el Paseo de Gracia, la Rambla Catalunya y Puerta del Ángel adornado por múltiples lucecillas de colores que le da un aire festivo a la vez que elegante.



Cada año es visita obligada, tanto a la Fira en sí, como a una de las chocolaterías de los alrededores, donde un buen suizo acompañado de melindros, te hacen entrar en calor y te aportan las calorías necesarias para dos días seguidos.
Este año, la tradición no ha sido del todo completa, ya que habíamos ido a comer a casa de
Espaguetis con verduritas

Qué mala fama tiene la pasta.
Y por supuesto sin merecerlo.
En sí, la pasta casi no aporta grasa. Carbohidratos, sí, pero los necesitamos para poder funcionar y hacer frente a los quehaceres diarios. Lo que debemos hacer, es no ingrerir más de la cantidad que necesitamos diariamente.
Además, un buen plato de pasta, gratifica, sacia el apetito, aporta energía, calma la ansiedad y mejora el humor. Además es un plato rápido y fácil de preparar además de darte millones de opciones para combinarla.
Podemos hacerla de primero, de segundo después de una ensalada, crema o consomé, o incluso de único.
Aunque mejor tomarla al mediodía y no para cenar...



Bien, pues hoy toca espaguetis con verduritas.

Los espaguetis los podemos comprar, secos, frescos, o bien
Pollo en escabeche y Focaccia de nueces


Me gustan los domingos por la mañana en los que luce el sol, el cielo es azul, no hay viento y la temperatura es relativamente cálida para estas fechas.
Especialmente me gusta poder disfrutar de momentos de tranquilidad y paz en la cocina, sabiendo que hay tiempo de suficiente para preparar los platos y poder entregar el mimo y la dedicación que se merecen.

Este domingo por la mañana ha sido gratificante. Mientras E. estaba en el despacho poniendo al día temas pendientes, yo estaba en la cocina, tranquila y relajada amasando y amasando.





Ya os comenté hace algunos post (Por fin... pan!) que hacía mucho tiempo que quería aventurarme a hacer pan en casa. Después de ese día, he repetido la experiencia en varias ocasiones. Y este domingo tocó focaccia de nueces para acompañar el pollo en escabeche.

La focaccia es uno de mis panes preferidos ya que además de ser fácil de preparar, la puedes utilizar como acompañamiento de platos, como
Moussaka con bechamel de feta

Queda oficialmente inaugurado nuestro Árbol de Navidad.
Después de varios días intentando montarlo y esperando que NyN tuvieran un poco de tiempo libre para ayudarnos a adornarlo, finalmente, este sábado quedó montado.



Recuerdo adornar el árbol de Navidad en casa de mis padres. Era toda una tradición, junto con el montaje del Belén.
Desde principios de diciembre mi hermana y yo deseábamos decorar el piso. Cuando llegaba el momento, aproximadamente durante la semana del puente de la Constitución, íbamos abriendo las cajas y bolsas con los adornos.
Lamentábamos profundamente cada vez que abríamos y comprobábamos que algunas de esas bolas pequeñas, brillantes y super delicadas, se habían roto.
De todas formas, era mejor que se rompieran en su paquete, que justo antes de ponerlas, ya que por mucho que intentaras recoger todos los pedazos, siempre quedaba alguno "rezagado".
Cuando finalmente acabábamos de decorar el árbol en dorado y rojo, con lazos, bolas, cintas, campanas, etc., era la hora de poner el Belén.



Quiche de ajos tiernos y calabacín con crema de queso azul

Ya estamos de vuelta.
Después de estos días de descanso, recuperamos la rutina diaria.
Aunque volver a los mismos hábitos de siempre y dejar los momentos ociosos siempre conlleva un poco de tristeza, también me provoca algo de alegría por volver a tener horarios marcados, alimentación más sana y horas dedicadas al trabajo.

Me gusta la rutina en su justa medida. Me gusta echarle sal a la vida, pero no el salero.  Quizá sea poco flexible...Soy así, qué le vamos a hacer.
Me considero una persona estricta y algo maniática (E. confirma esto último y lo eleva a cubo, muy a mi pesar). Me gusta que todo esté bien ordenado (esto quiere decir: ordenado a mi gusto).
Tengo manías como dejar el trapo de la cocina en un lugar determinado (que yo llamo SU sitio), los utensilios ordenados, las toallas dobladas de una determinada manera, las perchas mirando todas en un mismo sentido y algunos "pequeños" detalles más.


Por eso, después de haber estado en un apartamento relativamente pequeño para cuatro personas,
Carpaccio de calabacín desde Andorra


Confirmado: esta vez, el apartamento existe y está en buenas condiciones. Menos mal. Gracias por vuestros mensajes positivos!

Llegamos el sábado al mediodía después de haber dejado a Buck de nuevo en casa de mis padres.
Como si fuera la primera vez, se puso como loco al verlos, advirtiendo lo que les esperaba durante los siguientes días. Es un sol, pero como buen Golden Retriever, tiene más energía que todos nosotros juntos.



En el maletero no cabía absolutamente nada. Parecía que nos fuéramos dos meses de vacaciones. Entre las maletas con la ropa de "paseo", ropa para "la nieve", los juegos de mesa y toda la comida que habíamos comprado anteriormente para no tener que perder tiempo haciendo la compra aquí,  ... en fin, no cabía nada más. Eso sí, íbamos bien equipados.

Berenjena napolitana y Mouse de yogurt

Estoy preparando ya las maletas para ir a pasar el puente de la Purísima a Andorra.
Hemos alquilado un apartamento para estos días. Espero que no haya ningún problema. Os cuento.

Hace un par de años, habíamos quedado con algunos amigos en alquilar un apartamento en Andorra para pasar allí el Fin de Año.
Por motivos laborales, nosotros salíamos el día 30 desde Barcelona, pero nuestros amigos estarían allí desde el día 28.



Nuestro amigo D. se encargó de hacer la reserva a través de internet. Estaba ilusionado ya que había encontrado un apartamento totalmente equipado, con chimenea, plasma y una decoración exquisita a un precio asequible.
Entramos en la página web, vimos las fotos y D. tuvo varias conversaciones con la propietaria acerca de la hora de llegada, de salida, si habría leña para la chimenea y demás detalles más o menos importantes. Pagamos el 50% de la reserva.



Pues bien, llegó el día 28 por
Coles de bruselas con jamón y mucha nieve!

A la vuelta de la esquina ya están las Navidades.
Para hacernos saber que ya están llegando y avisarnos para que saquemos los guantes, las bufandas, gorros y forros polares, ha empezado a nevar en casi toda España.


En Barcelona, menos mal que tan sólo ha llovido. El año pasado nevó dos días y la ciudad se paró. Literalmente. Hubo mucha gente que no pudo ir a su casa a dormir ya que los accesos a la ciudad estuvieron cerrados por la cantidad de nieve inesperada que cayó.
Los pocos coches que se atrevían a salir a la calle o iban bien equipados con cadenas o a penas podían avanzar unos metros antes de que fueran patinando hasta darse con el primer bordillo.
No estamos preparados para la nieve.
Qué pasaría si en los países nórdicos todo se paralizara por unos copos de nieve? Inimaginable.

Cada año me imagino la misma estampa navideña: nieve hasta la rodilla, mucho frío, fuego en la chimenea y una cabañita de madera donde refugiarse.
Lamentablemente, Barcelona
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